Felipe

Felipe
Por Quino

domingo, 16 de febrero de 2014

¿Es lo mismo correr que correr?

Correr, sentir el aire en la cara.
Correr, sentir el olor del mar o de las plantas en la montaña.
Correr, sentir el frío o el calor en la piel.

Correr, sentir sed, hambre, cansancio.
Correr, calzarse unas deportivas, un pantalón y una camiseta.
Correr, ese perro que te ladra.
Correr, para algunos una actitud.
Correr, sensación de libertad.
Correr, elegir que camino tomar.
Correr, elegir cuando parar.

Correr, ¿hablamos de sensaciones? Pero el ser humano ya es capaz de reproducir muchas de ellas artificialmente y los sentidos son fáciles de engañar; podemos inclinar las cintas de correr, reproducir sonidos, olores, imágenes... podemos crear una realidad virtual. Entonces, ¿será lo mismo correr que correr?

Pero correr tiene "algo" más. Un sentimiento interior, que sólo se puede conseguir cuando estás ahí fuera. Quizás la repuesta correcta a esta pregunta esté en otra pregunta. ¿Por qué corremos? como dijo George Mallory cuando le preguntarón porqué escalaba el Everest: "Porque esta ahí".

Corremos por infinitos motivos, cada cual tiene los suyos, así que no los olvidemos y sigamos corriendo.

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